domingo, 27 de diciembre de 2009

Adios

Vic Chesnutt ha muerto. Se suicidó el día de navidad, una fecha con gran tradición para irse voluntariamente de este mundo (Moe, el tabernero de los Simpsons, lo intenta también cada año). Aquí, en El Conciso, ya le dedicamos una reseña hace año y medio con motivo de su concierto en Sevilla, y ahora le dedicamos una necrológica. Es la primera vez que nos pasa, pero les aseguramos que será la última. Porque nosotros también nos retiramos voluntariamente del mundo de los vivos. El Conciso se ha acabado. De hecho llevaba ya muerto hace algún tiempo, y en estado agónico desde mucho antes. Así que más vale certificar oficialmente su defunción y enterrarlo de una vez para que su cadáver insepulto no siga provocándonos remordimientos.

Nació El Conciso hace poco más de dos años en Cádiz con el noble propósito de recordar que las ideas de la Ilustración que inspiraron la Constitución de 1812 siguen siendo tan extrañas y ajenas a los usos y costumbres de nuestros coetáneos como lo eran en tiempos de Fernando VII. Bueno, para eso y para tener un púlpito desde el que combatir el pensamiento único en todos los frentes. No creo que en este tiempo hayamos tenido el más mínimo en éxito en nuestro objetivo porque el mundo sigue exactamente igual y el número de canis no ha mermado, pero el esfuerzo ha valido la pena porque nos hemos divertido.

Detrás de El Conciso nos encontrábamos cuatro personas con intereses diversos y múltiples obligaciones que cumplir dentro y fuera del mundo virtual. Y al final han sido las dichosas obligaciones las que nos han impedido alcanzar el estado al que todo blog aspira y del que depende su supervivencia: la regularidad en los comentarios. No pasa nada, es algo que sucede a diario y es parte del ciclo vital de la blogosfera. No por ello los Concisos vamos a guardar silencio a partir de ahora; otros espacios ya acogen nuestros pensamientos y posiblemente algo nuevo surgirá en el futuro.

Mientras tanto, háganse un favor y vuelvan a leer los artículos de este Conciso que ya es historia. Dudo que puedan encontrar tanta ilustración junta en todo Internet. Y que ustedes lo pasen bien.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

En defensa de los derechos fundamentales en internet

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía Sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de Internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que:
1. Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.
2. La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.
3. La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.
4. La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.
5. Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.
6. Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.
7. Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.
8. Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.
9. Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.
10. En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Halloween

Como si no hubiera pocos motivos de queja en este país, la Conferencia Episcopal acaba de manifestar su malestar porque este fin de semana se celebre la fiesta de Halloween, en lugar de la tradicional conmemoración católica del día de los difuntos. Los reverendos prelados consideran, y no les falta razón, que se trata de una costumbre importada, y llevan fatal que se festeje incluso en los colegios, con los niños disfrazados de vampiros o brujas. Sin embargo saltan airados y llaman laicista radical a cualquiera que critique que en esos mismos colegios se obligue a los niños ir a disfrazados de pastores zamoranos para conmemorar el nacimiento de cierta divinidad semítica muy de su agrado. Porque la navidad, como la fiesta de difuntos o el propio cristianismo no son originarios de la península ibérica y fueron también costumbres importadas y sin ninguna solera entre el pueblo celtíbero. Que vaya usted a saber de dónde era originario, dicho sea de paso.

Aunque nos duela, tenemos que reconocer que los habitantes de la península hemos sido poco duchos en la invención de deidades. Si exceptuamos, claro está, los animales totémicos como el toro o el cerdo ibérico, pero esos no cuentan porque estaban aquí antes que nosotros y además los cultos respectivos no eran más que excusas para comérnoslos. Ya los primeros dioses que aparecieron por Gades, la Astarté y el Melkart nos los trajeron los fenicios, que eran un pueblo, como la mayoría de los de esa zona, con mucho arte a la hora de imaginar criaturas celestiales. Al igual que lo fueron los egipcios, los griegos, los celtas, los indios, los mayas... En nuestros días, la mayor factoría de religiones radica en los Estados Unidos, de donde han salido algunas de gran éxito como las de los mormones, los testigos de Jehová o los cienciólogos. Pero en España, salvo sectas disidentes del catolicismo ortodoxo como la del Papa Clemente, no surgen nuevos cultos. Hay, eso sí, muchos orates visionarios, pero les falta arraigo popular y número de seguidores para poder ser incluidos entre los fundadores de religiones.

De todos modos, lo que hacemos muy bien los españoles es integrar todos los cultos extranjeros y darles un empaque castizo del que carecían en origen. Fíjense si no en la que se monta en nuestros pueblos para celebrar el martirio y muerte de la citada divinidad semítica. Vayan ustedes a Palestina, o incluso a Roma, a ver si encuentran trazas de algo similar. Y qué me dicen de la juerga flamenca en la que acaba convertida la mayoría de los cultos dominicales de las iglesias evangelistas. Pues lo mismo ocurre con la fiesta de Halloween. Lo que en origen era una diversión infantil para disfrazarse y pedir caramelos por el vecindario se ha adaptado a las costumbres hispanas y ha acabado siendo algo que aquí todo el mundo puede entender: otro botellón de adolescentes.

viernes, 9 de octubre de 2009

Foxá y la censura

Comentaba hace poco un blog amigo la noticia de la prohibición de celebrar un acto para conmemorar el medio siglo de la muerte del escritor Agustín de Foxá en un centro cívico sevillano y, obviamente, lo relacionaba con el sectarismo y la ignorancia de los responsables municipales, en esta ocasión pertenecientes al grupo de Izquierda Unida. Interpretación que, conociendo el modo habitual de pensar y actuar de estos representantes de la soberanía popular, parecía la más ajustada a los hechos. Luego, ahondando en la noticia, nos enteramos de que el acto público no lo organizaba ninguna tertulia literaria ni grupo de lectura, sino la Asociación Cultural Fernando III, nombre bajo el que se esconde un grupo de extrema derecha de la capital andaluza. Lo cual, desde mi punto de vista al menos, cambia bastante la perspectiva y dificulta la posibilidad de unirse sin reparos al coro de los que denuncian un aparente acto de censura. Y como la cuestión es compleja me voy a entretener en deshuesarla.

- Aun siendo la libertad de expresión un valor absoluto, en todos los países democráticos existen leyes que la limitan. En general, la apología del racismo o del terrorismo suelen están penadas en la mayoría de los códigos. En países concretos hay prohibiciones específicas relacionadas con su historia, como la de la negación del holocausto o la de exhibir símbolos nazis. No creo que hablar bien de un escritor, aunque fuera fascista, entre dentro de ninguna de dichas categorías.

- Que el sentido de las palabras no es unívoco es algo que se sabe desde antiguo. Sobre todo con términos abstractos, el sentido de una palabra cambia en función de quien la emite. Volviendo a la libertad de expresión, no significa lo mismo el término utilizado en un documento de Amnistía Internacional que en un editorial de El Mundo. Aunque el lema pueda ser el mismo, un acto "en favor del pueblo cubano" puede tener intereses opuestos si quienes lo organizan son las Juventudes Comunistas o las Nuevas Generaciones del Partido Popular. El sentido de un homenaje a Agustín de Foxá puede ser muy distinto si lo organiza la tertulia poética Gallo de Vidrio o si lo organiza la Asociación Cultural Fernando III.

- La ideología de un artista no tiene por qué afectar a la valoración que se haga de su obra. Sin embargo, a veces es voluntad del artista impregnar su obra de ideología y, en tal caso, resulta imposible hacer de la misma un análisis aséptico basado sólo en criterios técnicos. Agustín de Foxá era un fascista y era un buen escritor. Como tantos otros, dicho sea de paso. Hace muchos años leí en la biblioteca paterna la que es considerada su obra maestra, "Madrid de corte a checa", y me pareció que era una exaltación del fascismo. Muy bien escrita, probablemente, pero como carezco de la capacidad de separar el mensaje de la forma de la que gozan los críticos actuales, mi opinión sobre ella es bastante negativa y no la recomendaría a quienes se inician en la lectura. No obstante, pienso que Foxá tiene un lugar innegable en la literatura española del siglo XX y nunca apoyaría que se prohibieran los homenajes públicos a su figura y su obra.

- En nuestro país actúan numerosos grupos extremistas, de derecha y de izquierda, que al menos de forma abierta no propugnan la violencia. Mi opinión es que todos esos grupos tienen su lugar y su derecho a expresar sus ideas, por aberrantes que nos parezcan. Lo que no creo es que el lugar para hacerlo sean los medios y espacios de titularidad pública. José Antonio Primo de Rivera no pidió un centro cívico para el acto fundacional de Falange Española sino que alquiló un teatro. Nos hemos acostumbrado como lo más natural del mundo a que los grupos antisistema exijan subvenciones y ayudas de las mismas instituciones a las que pretenden derribar. A mí, como soy chapado a la antigua, eso no me parece nada bien.

- Los centros cívicos deben cumplir la función social de promoción de la cultura (en su sentido más amplio) en aquellos barrios que carecen de equipamientos más apropiados para ello. Lo que falta es una ordenanza precisa sobre lo que es pertinente que tenga lugar en sus instalaciones y lo que no. Un curso de informática o uno de inglés pueden ser adecuados. Uno de astrología o de terapia holística no. Aunque haya un público que los demande, una institución pública no debe avalarlos ni siquiera dándoles cobijo. ¿Debería cederse un centro cívico a la Iglesia de la Cienciología o a Nueva Acrópolis para sus conferencias? Mi opinión es que no, y de hecho estos grupos lo asumen y tienen sus propios centros donde imparten su doctrina. Un acto de homenaje a un escritor no parece que suponga grandes peligros ideológicos pero, véase más arriba, todo depende del emisor del mensaje. Un curso sobre cómo combatir las adicciones o una conferencia sobre la cultura maya podrían ser también adecuadas para un centro civico, pero si los organizadores son, respectivamente, la Iglesia de la Cienciología o Nueva Acrópolis la cuestión cambia.

En resumen, es imprescindible una normativa precisa que regule el uso de los centros cívicos y demás espacios de titularidad pública. Mientras tanto, y en el caso que nos ocupa, aunque las formas no fueran las más correctas, y reconociendo que los responsables municipales pudieron obrar llevados de su sectarismo y su ignorancia, la prohibición del acto no la considero totalmente inapropiada. Pero ya he dicho al principio que la cuestión es compleja y puede que yo esté equivocado.

lunes, 5 de octubre de 2009

Maldiciones

Recordaban el otro día en la radio el trágico suceso de Mayerling, en el que fallecieron, suicidados o más probablemente asesinados, el archiduque Rodolfo, heredero del Imperio Austrohúngaro, y su amante, allá por los finales del siglo XIX. Y aprovechaban, como suele ser costumbre en tales casos, para hablar de la misteriosa maldición de los Habsburgo, muchos de cuyos miembros murieron en trágicas circunstancias en los dos últimos siglos. Y, como no podía ser de otro modo, relacionaban esta maldición con la de otra familia imperial, los Romanov, también marcada por la enfermedad y las muertes violentas.

Enfermedad y violencia, las dos causas de muerte más populares en los dos últimos siglos, y no sólo entre las familias imperiales; también entre los plebeyos, quienes con tal de imitar a sus señores adoptaban hasta sus causas de fallecimiento. Pero eso no quita para que se siga hablando de la maldición de las casas de Habsburgo y Romanov, aunque seguro que para los supervivientes la principal maldición sea la pérdida de sus respectivos imperios. Porque al evocar maldiciones no se suele recordar que estas familias eran dueñas de más de media Europa y gran parte de Asia, y mantenían esclavizados a pueblos enteros bajo su cetro. Y que los habitantes de sus respectivos imperios no gozaban de ninguna de las libertades que ahora nos parecen imprescindibles. Y que después de tantas generaciones de matrimonios cosanguíneos lo normal es que las enfermedades hereditarias acaben debilitando la estirpe (ya ocurrió con los Habsburgo españoles algunos siglos antes). Por eso, en tales circunstancias, lo apropiado es calificar la mayoría de las muertes de ambas familias, incluso las muy truculentas, como naturales. Así pasó con los Átridas, y con los Claudios, y seguirá pasando siempre que haya familias que detenten el poder absoluto sobre un pueblo. Véanse como ejemplos recientes el trágico destino de la familia Pahlevi o, más desgraciado aún, el de la de Sadam Hussein.

Fíjense, por el contrario, en cómo las maldiciones no rozan a los Windsor británicos ni a los felizmente reinantes Borbones españoles. Al menos no a los legítimos ostentadores del apellido, aunque sí haya que contar alguna baja entre las plebeyas advenedizas que pretendían emparentar con tan rancios abolengos. Y es que en estos casos no hay nada como ceder el poder de decisión al pueblo, mientras se conserva la pompa y el brillo cortesano, para vivir como un rey. Literalmente.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Salt & Pepper Moth

Como apuntó hace pocos días el Ilustrador Popular en este mismo blog, el biólogo Francisco J. Ayala visitó la Diputación gaditana para hablar -a estas tenebrosas alturas- de evolucionismo.
De entre todo su discurso, a este duende le llamó la atención, muy especialmente, la historia de la Polilla de la Sal y la Pimienta (Utetheisa pulchelloide) -un animalillo que, con semajante nombre, pudiera muy bien haber protagonizado una de las piezas de El Cascanueces-. Como tantos insectos, esta polilla desarrolla en sus alas un diseño que le permite pasar desapercibida sobre los líquines que crecen en los troncos de los árboles. Los miembros de esta familia que, por alteración genética, presentaban alas oscuras en vez de moteadas, destacaban intensamente sobre las cortezas y no tardaban en ser eliminados por los pájaros insectívoros.
Obviamente, un ejemplar negro de Utetheisa pulchelloide constituía una presencia extrañísima dentro de las colecciones de entomología. En 1860, apareció el primero, en la colección de un aficionado británico -por supuesto-. A partir de esa fecha, la presencia de Polillas S&P en las colecciones -y en la naturaleza- comenzó a crecer, en detrimento de sus hermanas ortodoxas. ¿La explicación? El aumento de las partículas de carbón en el aire había ido elimando los líquenes de los bosques, provocando que las mariposas que entonces podían distinguirse con claridad fueran las moteadas.
La situación volvió a cambiar a partir de 1960, cuando el Gobierno inglés emitió una ley que prohibía las emisiones industriales de carbón a la atmósfera.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Pandemia y otras plagas

Pues como la plantilla de El Conciso no está por la labor de actualizar el blog, unos porque se van de vacaciones y otros porque les atenazan compromisos de mayor entidad, me veo en la obligación de mantener activas las calderas para evitar que se nos pare la linotipia. Y dado lo difícil que resulta estar brillante e inspirado todos los días, recurriremos al viejo truco de citar fuentes ajenas que ya se está volviendo una fea costumbre en este blog. En este caso se trata de un valiente artículo publicado el pasado domingo en El País por el filósofo Emilio Lledó en el que describe los que a su juicio son los principales males de la sociedad española.

Aunque por su tono pueda parecer el habitual "España se hunde" al que nos tiene acostumbrados la prensa derechista, si se lee con detenimiento se comprobará que es una lúcida reflexión sobre todos aquellos malos hábitos, sobre todo políticos, que nos siguen separando de las sociedades occidentales más avanzadas. Y así, con la excusa de la campaña sensacionalista montada alrededor de la gripe A, el profesor Lledó aprovecha para señalar otras plagas más reales que afligen al país: la corrupción en todos sus aspectos, la mendacidad de los políticos, la rapacidad y la ignorancia del empresariado, la privatización de la sanidad pública y, sobre todos los males, el abandono en que se encuentra el sistema educativo, único motor capaz de sacar a la nación de la crisis ética y económica en la que estamos inmersos. Y les copio un párrafo al respecto:

Precisamente el poderío industrial y científico de algunos de los grandes países europeos se debe al cuidado que han tenido en desarrollar una extraordinaria enseñanza pública que daba las mismas oportunidades a todos los ciudadanos -¿no es esa igualdad uno de los ideales de la democracia?- y contra la que, en esos países, no han podido competir las instituciones privadas, animadas, muchas veces, por sectas e ideologías, que se alimentan con las peores formas de irracionalidad, de discriminación, señoritismo y fanatismo. Los que han tenido la suerte de vivir en alguno de estos países descubrieron la libertad, la pasión por el conocimiento, la creatividad, que se ha estimulado en estos centros públicos de enseñanza que, a pesar de tantos cambios, siguen creyendo en la educación como el capital más productivo del progreso social. Progreso que no puede quedar en manos de quienes sacan provecho económico o ideológico de sus "privatizaciones".

Lean el resto del artículo que es igualmente enjundioso.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Evolucionismo en Cádiz

En el Diario de Cádiz de hoy aparece una reseña concisa (por la autora, que no por lo detallada) de la conferencia que impartió en la Diputación el eminente biólogo Francisco J. Ayala sobre el tema de la evolución de las especies.

Nada menos que 150 años después de que Darwin publicara su libro, en el que desarrollaba lo que entonces sólo era una teoría basada en observaciones, todavía existen amplios sectores de la población, líderes de opinión, e incluso instituciones que se atribuyen el calificativo de científicas, que rechazan un conocimiento que debería formar parte de la cultura científica básica del hombre moderno, y se aferran al creacionismo o a alguna de sus variantes (como el llamado "diseño inteligente") para seguir manteniendo sus infantiles fantasías antropocentristas. Algo tan retrógrado, a estas alturas, como defender que el Sol gira alrededor de la Tierra o que las estrellas están fijas en el espacio. Y todo ello basándose en unos argumentos que en sí mismos llevan su propia contradicción. Ya lo dice Ayala: "El ojo del calamar, por ejemplo, es ligeramente mejor que el del ser humano. Sería terrible pensar que hay un ser superior que se preocupa más por el interés de los pulpos."

martes, 8 de septiembre de 2009

Arquitectos y arquitecturas

Tres en uno:

1. En El Cultural de El Mundo, un arquitecto español le hace una rendida entrevista a Norman Foster donde, entre otras lindezas, el arquitecto inglés se muestra muy ufano del aeropuerto de Stansted, cuya principal innovación, según parece, es haber liberado de instalaciones la cubierta. Lo que no añade es que el desarrollo en una sola planta le supone al pobre pasajero tener que recorrer inmensas distancias, a pie y cargado de equipaje, hasta alcanzar su terminal de destino. Por no hablar de la clamorosa falta de asientos y zonas de espera. Porque en las compañías de bajo coste no sólo vuelan jóvenes mochileros; también ancianos, familias con niños y minusválidos. Obviamente Sir Norman vuela en primera clase y nunca en compañías de bajo coste.

2. En El País del pasado domingo cuentan el último desaguisado de Santiago Calatrava. Por lo visto, la futurista pasarela que ha construido sobre el Gran Canal veneciano despierta bastantes dudas sobre su seguridad, además de no cumplir la legislación italiana por no facilitar el paso de minusválidos (otra vez esos impertinentes con sus cojeras fingidas). Todo eso sin entrar en sus discutibles valores estéticos, sobre todo en tan histórico entorno. Inevitablemente viene a la memoria su famoso puente de Bilbao en el que la gente resbalaba cuando llovía.

3. Leo con tristeza el artículo de Antonio Muñoz Molina en Babelia ("Desolación de volver") sobre el irreparable destrozo que una política municipal ignorante y codiciosa ha hecho en el centro histórico de Úbeda. Pero no me sorprende en absoluto, ya que es la misma que se ha ejercido sobre el de Sevilla; la misma de la que ya empiezan a manifestarse preocupantes signos en el casco antiguo de Cádiz.

La culpa no es de la Arquitectura, una de las artes más bellas y completas que existen. Ni siquiera de los arquitectos, aunque sean en su mayoría unos pijos prepotentes; también hay entre ellos grandes profesionales. La culpa es de quienes juegan a ser mecenas del Renacimiento con el dinero del contribuyente sin saber de Teología ni de Geometría, sin tener decencia ni buen gusto.

Y por eso El Conciso está aquí, para denunciar todas esas fechorías. Empezamos nuevo curso con la esperanza de que este año nuestros redactores pueden vencer su clásica molicie y estar a la altura de lo que los lectores esperan de este blog. Vamos allá.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Homérico

(Nota curiosa publicada por el correponsal en Londres de La Vanguardia durante los años cuarenta. Se titulaba 'Cosas de Bernard Shaw'. De aplauso)

"Desde hace varios años, vengo pagando impuestos a razón de 19 chelines y medio por cada veinte que gano, y ahora usted me salta pidièndome un donativo. Permítame que con un gesto sarcástico le dirija hacia aquéllos que tienen la suerte de ser lo suficientemente pobres para que no le valga la pena a la Tesorería el tomarse el trabajo de arruinarles". Estas son las palabras con las que Bernard Shaw ha contestado una carta de Mr. Owens Rattenbury pidiéndole que contribuyera a la formación de un fondo para ayudar al a redención de delincuentes precoces del East-End de Londres. "Además -agrega- yo nunca he creído en la redención de los delincuentes; al contrario, yo he tenido siempre el valor de enfrentarme con el hecho escamoteado por todos los humanistas de que la Naturaleza, lo mismo que da un porcentaje de sabios, santos y héroes, da un porcentaje de villanos, para los que no hay salvación".
"¿Me autoriza usted para que venda su carta y dedique el producto a engrosar el fondo?!, volvió a escribirle Mr. Rattenbury. Al día siguiente, en tinta roja de la propia carta de Mr. Rattenbury, llegó la respuesta: "Déjeme usted en paz y haga usted lo que quiera: si hay alguien tan estúpido que pueda dar dinero por una cosa así, véndalo usted con mil demonios", escribía el inefable comediante, quien, al friso de los noventa años, conserva toda su agresiva gallardía espiritual.
Ahora las dos cartas están en venta.

miércoles, 3 de junio de 2009

La película peruana de Kiko Ledgard

Si hay una casa discográfica que en los últimos años se ha dedicado a la benemérita labor de sacar a la luz clásicos inencontrables de las décadas de los sesenta y setenta, reeditándolos con primor y a unos precios tan razonables que hacen desistir de su descarga ilegal, esa es Vampisoul. La variedad de estilos que abarca su catálogo es enorme e incluye jazz, funk, soul y todo el interminable abanico de los ritmos latinos que, fusión mediante, surgieron en los Estados Unidos en aquellos años. Y también de vez en cuando editan alguna banda sonora desconocida. Como ésta que nos ocupa.


El Embajador y Yo es una película peruana de 1966 dirigida por Oscar Kantor. El productor y protagonista era Kiko Ledgard, por aquel entonces ya un conocido presentador de televisión en su país, y que en esta película interpretaba a un apocado extra cinematográfico cuyo parecido con el embajador del título le ocasionará más de un problema. Lamento no haber encontrado la película porque el argumento y las imágenes prometen (algo a medio camino entre James Bond y el Superagente 86), pero como consuelo les traigo unos temas de su excepcional banda sonora.

Jaime Delgado Aparicio (Lima 1943-1983) es sin duda uno de los principales músicos peruanos de todos los tiempos. De formación clásica, muy pronto se marchó a los Estados Unidos a estudiar composición y allí comenzó una provechosa carrera como pianista de jazz. Lamentablemente no se prodigó en grabaciones, por lo que esta banda sonora que él mismo compuso e interpretó y que ahora reedita Vampisoul es una joya en todos los sentidos. Jazz latino, muy cinematográfico, con unos impresionantes arreglos orquestales. Escuchen estos temas y disfruten.

viernes, 22 de mayo de 2009

¿Ya se lo ha gastado todo?

miércoles, 13 de mayo de 2009

Humano, demasiado humano

Le afea el presidente del gobierno al líder de la oposición que se alegre de los malos datos económicos y se monta la de dios es cristo. Ofendidos e indignados los miembros de la oposición le exigen que rectifique.

No está bien que en sede parlamentaria un presidente de gobierno diga tales cosas, sobre todo porque él no es nadie para descalificar los sentimientos de los diputados. Pero que los de la oposición están encantados con el mal camino que lleva la economía española, y que con cada dato negativo se les alegran aún más las pajarillas, es algo de lo que ninguna persona en su sano juicio puede dudar. Porque es lo humano. Si la posibilidad de que ganen las próximas elecciones es proporcional a la incapacidad del partido gobernante de darle solución a la crisis económica, es normal que deseen que el gobierno se pegue el batacazo. Sobre todo cuando se saben a salvo, ellos y los suyos, de las consecuencias que traería un empeoramiento de la crisis. Pero no penséis que es así porque son del PP y la maldad la llevan de fábrica. Cualquiera de nosotros experimentaríamos idénticos sentimientos enfrentados a situaciones similares.

La persona despedida de una empresa se alegrará del cierre de la misma, aunque suponga el paro para su antiguos compañeros. Un entrenador de fútbol cesado, por mucho que afirme el amor a sus colores del alma, deseará que el equipo baje de categoría al final de la temporada; así se demostraría que la responsabilidad de los malos resultados no era achacable sólo a él. Si la pareja de la persona de la que estamos secretamente enamorados sufriera un accidente mortal notaríamos una agradable sensación a la que se suele llamar esperanza. Todo muy humano. Tan humano como la empatía y la compasión que obligan a aparcar esos sentimientos primarios y manifestar nuestra solidaridad con los dolientes.

Y, cosa curiosa, en la mayoría de los casos tales expresiones altruistas suelen ser sinceras. Lo cual no implica que en el que originaba este comentario lo sea. Al menos yo no lo creo.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Adriá

La televisión pública española dedica toda esta semana a emitir programas sobre Ferrán Adriá, considerado por quienes se dedican a estas consideraciones como el "mejor cocinero del mundo". Al menos así justifica la web de RTVE este inusual despliegue de documentales hagiográficos y debates redundantes sobre el dueño del restaurante El Bulli.

Normalmente empezaría este comentario dejando claro que no es mi intención discutir los méritos del cocinero Adriá, que seguramente los tendrá. Lo que ocurre en este caso es que, aunque quisiera, no podría discutirlos, ya que jamás he ido a su restaurante ni probado ninguna de sus creaciones. He leido, como todo el mundo, descripciones de sus imaginativas recetas y también he visto fotografías de sus platos. Que me han dejado la curiosidad de probarlos y la impresión de que el apetito de una persona de buen comer como yo costaría saciarlo a base de esas tapas de fantasía. Pero bueno, son cosas mías. Lo que me preocupa es: cuántos españoles han tenido o tendrán la oportunidad de comer alguna vez en el Bulli? Unos pocos de miles tirando por lo alto.

Si hablamos de arte, la mayoría podemos acceder a un precio razonable a la obra de cineastas, músicos, escritores, coreógrafos, pintores, etc. Y podemos dar nuestra opinión sobre ellas. Incluso si la obra original es inaccesible, siempre encontraremos buenas imágenes que nos pueden dar una idea aproximada de lo que hablamos. Personalmente no pienso que la cocina se encuentre entre las bellas artes, pero puedo aceptar que haya quien así lo crea. Por ejemplo, los programadores de TVE. En cuyo caso deben explicar cómo van a cumplir el deber de los medios públicos de acercar el arte a la ciudadanía. O es que nos van a dar a probar a cada uno una tapa de Adriá?

Cuál es el sentido entonces de este bombardeo mediático sobre Adriá y El Bulli? Quieren educar a los televidentes para que preparen en sus casas una remolacha en texturas para el almuerzo en lugar del consabido potaje? O es tan sólo una costosísima campaña publicitaria a un negocio particular financiada con dinero público? Porque si es para levantar la moral del contribuyente en estos tiempos de crisis mostrándole cómo comen sus señores en el sancta sanctorum de la gastronomía internacional mientras ellos hacen la compra en el Covirán me callo la boca.

jueves, 16 de abril de 2009

Himnos

Se nos fue Chaves a Madrid a resolver la cuestión de los minolles autonómicos, y con él se llevó a su fiel escudero Zarrías. No voy a hablar de las consecuencias políticas que tal movimiento de poltronas va a traer, sino de las estéticas. Y es que, gracias sean dadas, la decisión de Zapatero nos va a evitar al menos asistir en lo sucesivo al penoso espectáculo de ambos líderes entonando el himno de Andalucía en las ocasiones patrióticas que marca el calendario.

Creo que con ocasión de cierta bochornosa iniciativa del Comité Olímpico Español ya manifesté mi oposición a los himnos con letra. Con alguna excepción, obviamente. Hay himnos guerreros como la Marsellesa, la Internacional o el antiguo himno soviético (ahora de la Federación Rusa aunque con unos oportunos cambios en la letra para evitar molestas referencias al pasado comunista) que merecen ser cantados a coro y voz en grito, ya que su tono épico se presta a ello. Pero la mayoría de los himnos tienen líneas melódicas difíciles de seguir a voces no educadas, que son la mayoría. Por eso los norteamericanos, pueblo inteligente, delegan en todos los actos, sean patrióticos o deportivos, la interpretación del himno en alguna cantante de góspel o similar mientras el público asistente atiende emocionado y en silencio. Como debe ser.

El himno de Andalucía entra dentro de esa categoría de copla difícil de cantar. Y además es feo con rabia. No entro en la letra porque las de otros muchos cantos patrióticos también incurren en incitaciones a la revuelta y el derramamiento de sangre y casi nunca nadie ha llegado a tomarlas en serio. Estoy hablando de la música. Esa antigua canción de segadores, basada a su vez en una melopea religiosa, es, con su ritmo cansino, una de las piezas musicales menos excitantes que jamás se haya convertido en himno de algo. Por eso, desde El Conciso, proponemos que se reforme otra vez el Estatuto de Autonomía para cambiar el viejo himno de Blas Infante por otro sin letra y musicalmente más brillante. Y proponemos además que sea "Andalucía" del compositor cubano Ernesto Lecuona.

Creo que no hay una composición más hermosa y más digna de representar a Andalucía en los actos oficiales. Ahí les ofrecemos dos versiones magistrales. La primera, la del propio autor al piano:



Y la segunda orquestal a cargo de Xavier Cugat:



Y no me digan, después de oirlas, que aún siguen prefiriendo el "Andaluces, levantaos..."

domingo, 12 de abril de 2009

Meditaciones domingorresurreccioniles

En estos días de Pasión leí una entrevista a uno de estos conspicuos individuos que forman parte del paisanaje cultural de nuestra Andalucía descabezada desde que Manolo Chaves sucumbió al “ven y sígueme”de ZP. Es un catedrático hispalense de Antropología del que uno se malicia que debe ser de estos que debe su fortuna a que en su momento fue el primero en llegar. El sujeto es un digno representante de cierta clase presuntamente ilustrada de Sevilla. Trabajan en sectores muy modernos pero siguen colgados de lo más rancio de su entorno guadalquivireño. Así, el sujeto en cuestión sale en una cofradía de Semana Santa y por supuesto defiende esta tradición haciendo la cuadratura del círculo: presentarla como una celebración ajena a la jerarquía eclesiástica, y que si fuera por ella, no existiría.

Bueno, el caso es que hubo algo de esta entrevista que si me llamó la atención extraordinariamente, mucho más que lo expuesto en el párrafo anterior. En un momento dado sacó el término que ya se está haciendo famoso, “fundamentalismo laico” para acusar a los que no soportamos que durante días se entreguen ciudades al más rancio exhibicionismo católico. Se supone que un antropólogo como él debería saber mejor que nadie el proceso de formación de las religiones y que el Espíritu Santo, Yahvé y Alá responden a criterios excesivamente humanos. Sorprende que un catedrático de universidad caiga en el trampantojo de apuntarse a la moda del “fundamentalismo laico” cuando trabaja en una institución que hace –o debería hacer- bandera del pensamiento crítico y humanista. Y choca que una persona tan informada como él, que tiene la presencia de todos las figuritas locales (artículos en prensa, presencia en radios y tertulias, etc.) no se percate que igual en su momento las cofradías pudieron enfrentarse a los obispos, pero hoy en día son el brazo armado del integrismo, capaces de congelar la vida ciudadana una semana por decreto en un estado oficialmente aconfesional.

Uno cree que la palabreja, “fundamentalismo”, se va a poner de moda y como suele ocurrir se desvirtuará. Si un policía de tráfico te obliga a desviarte en una carretera será motejado de “fundamentalista” por no dejarte pasar y si en un bar te atiende un camarero especialmente borde será también un “fundamentalista” por no permitirte juntar dos mesas, pongamos por caso. Pero volviendo al tema, si defender el conocimiento racional por encima de la fe ciega, si defender los diversos modelos sociales frente al único postulado por la iglesia Católica, si valorar al ser humano en su complejidad frente al reduccionismo religioso, si pensar que ciertos sectores están intentando puentear todos los avances en materia social y de pensamiento producidos desde la Ilustración y volver a la Teocracia de la Edad Media, yo soy fundamentalista laico. Y las palabras tienen un problema: de tanto usarlas pueden acabar siendo verdad. A ver si de tanto usar y abusar del término van a conseguir que sea cierto y las próximas Semanas Santas sean más moviditas con gente en contra. Parafraseando a James Browm, Decidlo alto y claro.

lunes, 23 de marzo de 2009

Meditaciones cuaresmales

Las cofradías andaluzas se organizan para manifestar su disconformidad con la reforma de la ley del aborto, y la ministra Bibiana Aído les reprocha que quieran hacer política con la semana santa. Aído es una excelente muestra de que ser joven, mona y de buena familia socialista no capacita a nadie para ser ministro. Y consigue que hasta los rojos de toda la vida acabemos añorando ministros como esos grises tecnócratas del tardofranquismo, vencedores en mil oposiciones y discretos gestores que nunca se metían en política.

Lo crean o no, las cofradías son unas de las pocas instituciones que mantienen una estructura y funcionamiento auténticamente democráticos; mucho más que cualquiera de los partidos políticos que ahora se rasgan las vestiduras. Las cofradías ejercen la libertad de expresión que reconoce la Constitución para manifestar sus respetables ideas sobre un asunto que atañe a toda la sociedad. Y no corresponde a ningún ministerio opinar sobre lo pertinente u oportuno que pueda ser. Los poderes públicos sí pueden, en el ejercicio de su función, decidir que el presupuesto del estado no debe destinarse a subvencionar cultos religiosos. Si no lo hacen será por razones electorales; o porque piensen que de ese modo pagan su silencio en asuntos incómodos, como hacen con los sindicatos y con tantas otras organizaciones paniaguadas. Criterio que, afortunadamente, la jerarquía católica no parece compartir, a la vista de su montaraz comportamiento de los últimos tiempos.

El líder mundial de los católicos desaconseja el uso de preservativi para combatir la infección por el VIH y se monta un enorme revuelo entre los bienpensantes. ¿Pero es que alguien esperaba otra cosa? Vamos a ver, es el representante de su dios en la tierra, heredero de una línea de pensamiento con varios milenios de antigüedad, y sus seguidores le consideran infalible cuando habla de temas religiosos. Eso sí, no obliga a nadie a seguir sus doctrinas. Pero resulta muy cómodo tener a alguien a quien echar la culpa de nuestra incapacidad de resolver problemas. Si la epidemia de sida está devastando a la mayoría de los países subsaharianos, la culpa no es de sus incompetentes y corruptos gobiernos, ni de sus sociedades patriarcales, ni de la codicia de los países desarrollados, ni de los laboratorios farmacéuticos. No. La culpa por lo visto la tiene un señor vestido de carnaval que va por ahí repitiendo ideas medievales sobre la transmisión de las enfermedades infecciosas. Y así nos luce el pelo.

martes, 3 de marzo de 2009

Antony


Es incómodo para un ateo escribir estas cosas, pero Amadeus, de Milos Forman, además de convertirse en un referente en mi vida, me descubrió que, mucho más allá de mi falta de fe, había una realidad indiscutible: Al Pajarito Mandón le gusta la música, y le gusta que le canten. Y cada cierto tiempo, aprovechando esta especie que no le salió tonta del todo, manda a este mundo insalvable (Él ya lo sabe, Él lo intentó, pero este mundo es insalvable y lo ha admitido) un ser elegido que le cante, o le componga, o le toque lo que sea. La música le puede. Una vez enviado el elegido, lo marca, lo estigmatiza, El Pajarito Mandón es así. Lo hace pobre, o drogadicto, o lo deja morir joven, o le da un cuerpo que no es el suyo, esas lindeces de mandón-matón. Pero, al menos, a los demás mortales nos deja compartirlo, aún no se sabe por qué extraña razón. Es una suerte.

domingo, 1 de marzo de 2009

Los buenos vecinos

A mí me encanta que me despierten los vecinos haciendo el amor. Sobre todo si mi vecina, que además me cae rebien, y sin ser guapa tiene su no-se-qué, repite palabras con ese hilito de voz que le quedaba a su pequeño cuerpo habitado, y el somier protesta como en una buena película francesa. Y aún más si, al fin, se corre; o, quizás agotada por el zigzag, o preocupada por la resistencia del somier, simula tan bien haberse corrido. Yo, que soy algo perverso y he aprendido a tener una gran capacidad de abstracción, dí media vuelta en la cama y, atravesando la pared, que a fin de cuentas no es tanto en estas casas modernas, me fui a completar mi noche con ella. Y por la mañana, mientras las tostadas, he puesto a Haendel, porque es de buenos vecinos alegrarse por los demás. Y ella no lo sabrá, o quizás lo suponga, pero cuando la vea de nuevo en el portal, habrá ganado tanto, y además será ya un poco mía.

martes, 24 de febrero de 2009

Hipatia o la heterodoxia


Si la figura de Hipatia resulta exótica ahora, en su época debía ser el colmo de la bizarría. Era mujer pero su nombre no aparece ligado de forma determinante al de ningún varón –a excepción de su padre, que se preocupó en formarla–. Escribió tratados de matemáticas y astronomía y, muy lejos de cultivar la femenina virtud de la prudencia, Hipatia se dedicaba a departir en el foro y a enseñar filosofía.

Por si faltaba algún detalle para salirse de la ortodoxia, Hipatia era pagana en un mundo que se había hecho, de repente, ensordecedoramente cristiano. Fue en su época, por ejemplo, que el patriarca Teófilo –el amigo de Dios– destruyó los templos de las viejas divinidades en Alejandría. Mujer, pagana, astrónoma y, muy probablemente, incómoda. Hipatia no era, desde luego, la amiga de Dios. Víctima propiciatoria entre varios intereses de poder, terminó siendo asesinada por la muchedumbre –nada extraño: su perfil no chirriaría mucho del de las brujas medievales–.

Fue desollada, según las versiones, con trozos de tejas o de conchas.

La conclusión a su historia, muy acertadamente, se aleja de todo misticismo: tal vez no es que los héroes sean malditos. Es que lo extraño, según dictan las leyes naturales, tiende a ser destruido.

Montería

No vayan a pensar que han sido mis conocimientos de la poesía española del siglo de Oro los que me han llevado hasta el texto que voy a copiar, ni muchísimo menos. Como la mayoría de los contenidos que incluyo en este blog, me lo acabo de encontrar en la web. Y como ocurre en estos casos, resulta difícil identificar al primero que recordó que D. Luis de Góngora había escrito un precioso soneto que podría aplicarse a un caso de actualidad y decidió colgarlo en su blog. Así que, con el reconocimiento a ese ingenioso desconocido, y a D. Luis por supuesto que fue quien lo escribió, ahí va este

Poema A Su Hijo Del Marqués De Ayamonte, Que Excuse La Montería

Deja el monte, garzón bello, no fíes
Tus años dél, ni nuestras esperanzas;
Que murallas de red, bosques de lanzas
Menosprecian los fieros jabalíes.

En sangre a Adonis, si no fue en rubíes,
Tiñeron mal celosas asechanzas,
Y en urna breve funerales danzas
Coronaron sus huesos de alhelíes.

Deja el monte, garzón; poco el luciente
Venablo en Ida aprovechó al mozuelo
Que estrellas pisa ahora en vez de flores.

Cruel verdugo el espumoso diente,
Torpe ministro fue el ligero vuelo
(No sepas más) de celos y de amores.



domingo, 15 de febrero de 2009

La teoría de la felicidad

Hace unos días se cumplieron dos siglos del nacimiento de Charles Darwin. Entre las diversas efemérides, se ha contemplado la publicación de la autobiografía del hombre, mutilada en su época por su mujer que consideraba la había escrito "con demasiada libertad".

En ella, se vuelcan los pensamientos de Darwin acerca de Dios, la religión y la naturaleza humana. Resulta reconfortante -en medio de toda esa reivindicativa corriente ateísta que nos anima a disfrutar de la vida desde los autobuses- ver que, hace más de un siglo, solo e incomprendido por muchos, el padre de 'El origen de las especies' llegaba a una resolución vital parecida.

En los siguientes fragmentos, habla de la divinidad, de la felicidad como motor de la existencia, del sentimiento de transcendencia y del sufrimiento que le supone, a un ateo, pensar en el fin de la existencia.

Aunque no pensé mucho en la existencia de un Dios personal hasta un periodo de mi vida bastante tardío, quiero ofrecer aquí las vagas conclusiones a las que he llegado. El antiguo argumento del diseño en la naturaleza, tal como lo expone Paley y que anteriormente me parecía tan concluyente, falla tras el descubrimiento de la ley de selección natural. Ya no podemos sostener, por ejemplo, que el hermoso gozne de una concha bivalva debe haber sido producido por un ser inteligente, como la bisagra de una puerta por un ser humano. En la variabilidad de los seres orgánicos y en los efectos de la selección natural no parece haber más designio que en la dirección en que sopla el viento. Todo cuanto existe en la naturaleza es el resultado de leyes fijas.

(…) Algunos autores se sienten realmente tan impresionados por la cantidad de sufrimiento existente en él, que dudan –al contemplar a todos los seres sensibles- de si es mayor la desgracia o la felicidad, de si el mundo en conjunto es bueno o malo. Según mi criterio, la felicidad prevalece de manera clara, aunque se trate de algo muy difícil de demostrar. Si admitimos la verdad de esta conclusión, reconocemos que armoniza bien con los efectos que podemos esperar de la selección natural. Si todos los individuos de cualquier especie hubiesen de sufrir hasta un grado extremo, dejarían de propagarse; por eso no tenemos razones para creer que esto haya ocurrido siempre, y ni siquiera a menudo. Además, otras consideraciones nos llevan a creer que, en general, todos los seres sensibles han sido formados para gozar de la felicidad.
Nadie discute que en el mundo hay mucho sufrimiento. Por lo que respecta al ser humano, algunos han intentado explicar esta circunstancia imaginando que contribuye a su perfeccionamiento moral. Pero el número de personas en el mundo no es nada comparado con el de los demás seres sensibles, que sufren considerablemente sin experimentar ninguna mejora moral. Para nuestra mente, un ser tan poderoso y tan lleno de conocimiento como un Dios que fue capaz de haber creado el universo es omnipotente y omnisciente, y suponer que su benevolencia no es ilimitada repugna a nuestra comprensión, pues, ¿qué ventaja podría haber en los sufrimientos de millones de animales inferiores durante un tiempo casi infinito?

(…) Anteriormente me sentí impulsado por sensaciones como las que acabo de mencionar a sentirme plenamente convencido de la existencia de Dios y de la inmortalidad del alma. En mi diario escribí que, en medio de la grandiosidad de una selva brasileña, “no es posible transmitir una idea adecuada de los altos sentimientos de asombro, admiración y devoción que llenan y elevan la mente”. Recuerdo bien mi convicción de que en el ser humano hay algo más que la mera respiración de su cuerpo. Pero ahora las escenas más grandiosas no conseguían hacer surgir en mi pensamiento ninguna de esas convicciones y sentimientos (…) El estado mental provocado en mí en el pasado por las escenas grandiosas difiere de manera esencial de lo que suele calificarse como sentimiento de sublimidad: y por más difícil que sea explicar la génesis de ese sentimiento, apenas sirve como argumento a favor de la existencia de Dios, como tampoco sirven los sentimientos similares, poderosos pero imprecisos, suscitados por la música.

(…) Respecto a la inmortalidad, nada me demuestra tanto lo fuerte y casi instintiva que es esa creencia como la consideración del punto de vista mantenido ahora por la mayoría de los físicos de que el Sol, junto con todos los demás planetas, acabará enfriándose demasiado como para sustentar la vida, a menos que algún cuerpo de gran magnitud se precipite sobre él y le proporcione vida nueva. Para quien crea, como yo, que el ser humano será en el futuro una criatura más perfecta de lo que es en la actualidad, resulta una idea insoportable que él y todos los seres sensibles estén condenados a una aniquilación total tras un progreso lento y prolongado.

jueves, 12 de febrero de 2009

Volvé, Julio. Total, ¿qué te cuesta?

Disfruto de la mañana en un Madrid soleado y frío. Soleada y fría dicen que fue aquella mañana parisina del 12 de febrero en que mi único Dios verdadero pasó al aire, debió decidir que 1.90 metros no eran al fin y al cabo tanta cosa. No me pasa desapercibido el aniversario, y no desdeño de estos días especiales en que mi avisador de noticias de Google me bombardea con artículos, aunque sin duda -y como comprenderán- prefiero recordarlo los días normales y por cualquier nimio motivo como la forma de una hoja seca o una gota en un cristal, o un gato, esas cosas que Él adoraba.

Quizás crean que éste no es un post adecuado para este blog, sobre todo mis grandes correligionarios, cansados de oírme con lo mismo. Pero yo creo que se equivocan, porque los valores humanos que acá defendemos fueron tratados en sus escritos y en algunas de sus acciones, con una profundidad y un humor del que muy pocos pueden presumir. Él fue, sin duda, un gran humanista.

Quince años después quiero recuperar la frase que Juan Cruz lanzó en Alfaguara como lema de su proyecto Biblioteca Cortázar: Hay que leer a Cortázar. Si necesitan recomendaciones, dejen perfil abajo y los orientaremos. Feliz día, che.

viernes, 30 de enero de 2009

Adoctrinamiento

La derecha religiosa opina que enseñar Educación para la Ciudadanía en los colegios lesiona el derecho de los padres a elegir el tipo de preceptos morales que desean que aprendan sus hijos. No conozco el contenido de la asignatura pero si tanta persona de orden se opone a ella seguramente tengan razón. Se equivocan sin embargo en la solución, que no pasa por eliminarla del currículo sino por vaciarla de preceptos morales. Enseñémosle a los niños la Constitución, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU y el Código Civil. Formemos buenos ciudadanos.

De todos modos esta polémica sobre el adoctrinamiento de los niños en las escuelas no debería acabar con una sentencia judicial sino promover un debate serio sobre el tema. Por ejemplo, no he visto en la prensa ninguna mención a un hecho que a mí me resulta escandaloso. Y es que la falta de colegios públicos en algunas zonas está obligando a padres que desean para sus hijos una educación laica a matricularlos en centros religiosos concertados. Y si bien es cierto que la asignatura de religión es optativa, no lo es menos que la constante exposición a imaginería, rezos y celebraciones varias (lo que sutilmente se llama "el ideario") acaba grabándose en los cerebros aún tiernos. Y aquí la responsabilidad sí es claramente de las autoridades educativas que han hecho dejación de su obligación de asegurar a todos los ciudadadanos un puesto para sus hijos en la escuela pública.

miércoles, 28 de enero de 2009

Compañeros de cama

Estimados amigos de la Concisión Ilustrada.

Aunque tengamos el blog abandonado a su suerte parece que nuestra filosofía va calando. Y es que en esa catedral del canismo, enemigo natural de los abajo firmantes, como es el carnaval de Cádiz, ha aparecido una comparsa llamada como nuestra miembro/a más conspicuo, La pensadora gaditana. Al menos han tenido que investigar sobre la figura de la señora Cienfuegos y algo se habrán ilustrado, que buena falta hace en los baches de La Viña. Tal vez tengamos que aliarnos tácticamente con ellos y el año que viene sacar agrupaciones llamadas El duende de los cafés, Academia de Ociosos, El Mentor o Ilustrador Popular y el Robespierre Español, para que nuestro mensaje vaya calando. Yes, We Can a ritmo de ¾.

viernes, 16 de enero de 2009

No more Mr. Nice Guy

by Ted Rall

domingo, 11 de enero de 2009

Eduardo Punset

"Proponerse algo es actuar con racinalidad y consciencia y, precisamente, la casilla más diminuta del cerebro humano es la que se destina a esto; el resto está regido por el inconsciente, afortunadamente para nosotros. Realmente, proponerte algo es querer cambiar tu ritmo de vida, tu forma de ser, y está demostrado científicamente que los hombres no queremos cambiar, porque hacerlo supone que nuestro cerebro se adapte a una nueva situación y eso implica una posibilidad de fracaso... algo que no nos gusta. Entonces, ¿de verdad no queremos proponernos nada cuando lo hacemos? No, no es así porque, paradójicamente, una vez al año, que suele ser después de las doce campanadas, necesitamos sabernos dueños de nuestras decisiones y constatar que no somos lo que somos por presiones sociales o que nuestro inconsciente nos domina".