En el Diario de Cádiz de hoy aparece una reseña concisa (por la autora, que no por lo detallada) de la conferencia que impartió en la Diputación el eminente biólogo Francisco J. Ayala sobre el tema de la evolución de las especies.
Nada menos que 150 años después de que Darwin publicara su libro, en el que desarrollaba lo que entonces sólo era una teoría basada en observaciones, todavía existen amplios sectores de la población, líderes de opinión, e incluso instituciones que se atribuyen el calificativo de científicas, que rechazan un conocimiento que debería formar parte de la cultura científica básica del hombre moderno, y se aferran al creacionismo o a alguna de sus variantes (como el llamado "diseño inteligente") para seguir manteniendo sus infantiles fantasías antropocentristas. Algo tan retrógrado, a estas alturas, como defender que el Sol gira alrededor de la Tierra o que las estrellas están fijas en el espacio. Y todo ello basándose en unos argumentos que en sí mismos llevan su propia contradicción. Ya lo dice Ayala: "El ojo del calamar, por ejemplo, es ligeramente mejor que el del ser humano. Sería terrible pensar que hay un ser superior que se preocupa más por el interés de los pulpos."
miércoles, 9 de septiembre de 2009
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2 comentarios:
Lo hay! Cthulhu!!!
Lo increíble es cómo la teoría de evolución tiene, en esos ambientes de aliento medievalista, que disfrazarse precisamente de prueba de la existencia divina para ganar adeptos. En fin.
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