Barbarella es una película por la que el tiempo ha pasado de largo sin molestarla. La volví a ver hace no mucho en un pase televisivo y, con todos sus fallos y su falta de mesura, sigue conservando ese encanto mágico. Además, mucha gente ignora que los topónimos y personajes de Barbarella se han utilizado para bautizar proyectos de lo más variado en el ámbito de la cultura pop.
Por ejemplo, el malo de la película se llamaba Duran Duran y dio nombre a la banda que todos conocéis. Menos famosos son Duran Duran Duran, si bien más gamberros, aunque con semejante nombre era como para sospecharlo.
El Matmos, por su parte, era el fluido maligno sobre el que flotaba la ciudad de SoGo (acrónimo de Sodoma y Gomorra). Y Matmos es también un dúo de música electrónica de San Francisco que, precisamente, acaba de editar su último disco, Supreme Balloon, en mi modesta opinión el más completo de su brillante carrera. Un homenaje a los pioneros del género cargado de referencias más o menos evidentes (Wendy Carlos, Cluster, Terry Riley...). Recomendado por los mejores fabricantes de tragaperras.
5 comentarios:
Curioso recordar a JPL el día que el mundo del cine llora a Sidney Pollack.
En El Conciso es que somos así de raros.
Que conste que a mi SP nunca me entusiasmó demasiado.
Menos caso le hicísteis a Chema el panadero, so friquis.
Chema el panadero ha muerto??
(estos socialistas van a acabar con todo lo decente de este país!!!)
Publicar un comentario