La otra noche, viendo uno de los DVD que en esta época del año tengo que tragarme por los motivos que ustedes ya suponen, me tope con una cosa interesante. Era un documental, no muy brillante, sobre españoles que se han ido a vivir a la India. Casi todos lo han hecho tras sufrir crisis en sus vidas o buscando una vaga espiritualidad que se les niega según parece en Occidente. No falta la antigua jefe de ventas que o sssea, desssde que essstoy aquí todo esssss diferente, ¿sssabesss?. Pero hay un sujeto que es pintor y se fue a la India para buscar luces y paisajes. A él todos estos buscadores New Age se la refanfinflan. De hecho tiene una frase demoledora: “Esta gente viene aquí buscando espiritualidad. Lo único que van a encontrar es hambre”.
Lo que me llevó a pensar que ciertamente deber ser difícil encontrar la paz interior en un país tan abigarrado, caótico y ruidoso. Con vacas dando vueltas libremente y con la gente peleándose en la calle por unas mondas de naranja. Es como irse a Nueva York pero en otro registro. Sin duda, todos estos desnortados hallarán gurús y demás que le satisfagan, pero su capacidad de aislarse del entorno de triste miseria que les rodea por doquier debe ser asombrosa. La búsqueda espiritual anula la conciencia social. Pero eres un europeo o un americano, y tu cartera está llena. Uno cree que de buscar la paz interior tienes que aprender a escucharte a ti mismo. Mejor irte a un pueblo a Laponia y disfrutar de seis meses de oscuridad perpetúa a veinte bajo cero. Eso si que te da tiempo para reflexionar sobre tus chakras y en esa chica de la facultad que no te ligaste y siempre supiste que era la mujer de tu vida.
Todo este seudoespiritualismo New Age no son más que modas de gente vacía intelectualmente. No hay nada en la India o en Laponia que no puedas hallar en tu entorno natural. Además, ya esta bien de renegar de nuestro racionalismo occidental. Deberíamos defenderlo, como hijo de la denostada Ilustración, como un medio válido de conocimiento y dejarnos ya de búsquedas interiores mal enfocadas.
Lo que me llevó a pensar que ciertamente deber ser difícil encontrar la paz interior en un país tan abigarrado, caótico y ruidoso. Con vacas dando vueltas libremente y con la gente peleándose en la calle por unas mondas de naranja. Es como irse a Nueva York pero en otro registro. Sin duda, todos estos desnortados hallarán gurús y demás que le satisfagan, pero su capacidad de aislarse del entorno de triste miseria que les rodea por doquier debe ser asombrosa. La búsqueda espiritual anula la conciencia social. Pero eres un europeo o un americano, y tu cartera está llena. Uno cree que de buscar la paz interior tienes que aprender a escucharte a ti mismo. Mejor irte a un pueblo a Laponia y disfrutar de seis meses de oscuridad perpetúa a veinte bajo cero. Eso si que te da tiempo para reflexionar sobre tus chakras y en esa chica de la facultad que no te ligaste y siempre supiste que era la mujer de tu vida.
Todo este seudoespiritualismo New Age no son más que modas de gente vacía intelectualmente. No hay nada en la India o en Laponia que no puedas hallar en tu entorno natural. Además, ya esta bien de renegar de nuestro racionalismo occidental. Deberíamos defenderlo, como hijo de la denostada Ilustración, como un medio válido de conocimiento y dejarnos ya de búsquedas interiores mal enfocadas.
3 comentarios:
Me acabo de entrar por la prensa de que en Brasil aun pervive una iglesia que rinde culto a la diosa Razón. Por su defensa de los valores laicos nuestro Robespierre se merecería al menos un diaconato:
http://www.publico.es/073582/iglesia/filosofos
No es esto, que diría aquel. No hay que desnudar santos para vestir otros, por seguir las similitudes católicas.
Señor Robespierre, de todo hay en la viña del Tao, también, como en todos sitios. No juzgue algo tan complejo cegado o cabreado por el snobismo de tres occidentales estresados.
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