En la revista dominical de los periódicos del grupo Joly se publica un artículo sobre disparates académicos, ya saben, respuestas absurdas dadas por los alumnos en sus exámenes. Esto suele afectar a las asignaturas de letras, pues las de ciencias, o haces el problema o no lo haces, ahorrando la agonía de improvisar contestaciones que se salen de toda madre. Por supuesto, se aprovecha para que los profesores consultados se quejen de que el nivel de los alumnos actuales es el peor en los últimos veinte años. Pero no es la intención de este Robespierre el abrir un debate sobre la degeneración de la enseñanza en los últimos tiempos, aunque este es un tema muy conciso. Es llamar la atención sobre una de las respuestas, precisamente la última, que cierra el reportaje como traca final, seguramente porqué a la periodista que lo escribe le ha llamado la atención: dice un alumno que hay que hacer caso a la Ilustración, que defiende que el hombre actual, cuanto más salvaje mejor.
Más allá de la lógica reacción risible, este Robespierre se pregunta si realmente es un disparate espontáneo o bien este chico/a expresa de forma más o menos inconsciente lo que esta en boca de los historiadores “revisionistas” sobre la Ilustración como antesala de la falta de valores contemporáneos y de los horrores genocidas del siglo XX. ¿Acaso la marea carpetovetónica ha llegado a los profesores de secundaria? ¿No será que a veces los errores de los alumnos son culminaciones de explicaciones sesgadas?.
domingo, 25 de noviembre de 2007
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2 comentarios:
¡Ya lo ve! Cuánto daño pueden llegar a hacer las teorías roussonianas. Con/sin actualizar.
Ya lo decía aquella máxima ilustrada: "El hombre y el oso..."
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