Los desplazamientos de significado que experimentan determinadas palabras en la nuestra y en otras lenguas pueden cambiar radicalmente el sentido de los mensajes emitidos cuando los términos aún conservaban su primigenia acepción. Sirva como ejemplo la portada de este disco mexicano de los años 40 del que, analizado con criterios contemporáneos, se podría pensar que fuera la banda sonora de una versión charra de Brokeback Mountain.
Reconozcamos que la vestimenta utilizada no es la más apropiada para evitar la confusión. En cualquier caso no hay tal. The gay ranchero (1948) era una película coprotagonizada por el cowboy-cantante Roy Rogers y el actor y también cantante mexicano Tito Guízar en la que se exaltaba la amistad y la camaradería entre dos hombres de países vecinos, unidos por el amor a la música y los caballos pero sin caer nunca en la concupiscencia.
Poco conocido fuera de su país, Guízar fue una de las primeras estrellas del cine mexicano y quien popularizó la figura, imprescindible en aquella cinematografía, del charro cantante. Suya fue la primera versión de Allá en el rancho grande (1936), película que años más tarde volvería a interpretar Jorge Negrete y que fue un gran éxito en nuestro país. Y como este año se celebra el centenario del nacimiento de Tito Guízar, queremos desde el Conciso rendir un pequeño homenaje al género de los charros cantores con el íntimo deseo de que vuelva a popularizarse y nuestras pantallas se llenen de nuevo de gorgoritos, chaquetillas bordadas y galopadas a Jalisco.
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martes, 28 de octubre de 2008
sábado, 25 de octubre de 2008
Spanica Zwischen Todnu Gabriet
Herbert R. Southworth se convirtió en un dolor de cabeza para el régimen de Franco a primeros de los 60. El motivo era su libro El mito de la cruzada de Franco. Southworth era una rara avis en el mundo académico. Se trataba de un bibliófilo sin mucha formación académica que se convirtió en un obseso de la Guerra Civil Española. Tanto, que formó una impresionante biblioteca sobre el tema que ahora se halla en la universidad californiana de La Jolla, lo que le convirtió en una autoridad mundial en nuestro conflicto, escribiendo sobre él. A pesar de ser un francotirador intelectual influyó mucho sobre una nueva generación de hispanistas anglosajones, incluyendo al gran Paul Preston, que en una curiosa inversión de los procedimientos habituales convenció a su maestro de que se doctorase, cosa que hizo con 67 años en París. Su tesis se convirtió en otro clásico de la historiografía antifranquista, pues desmontaba toda la campaña de ocultación de responsabilidades de los sublevados en el salvaje bombardeo de Guernica. Con 70 años Southworth obtuvo su primera plaza de profesor en una universidad inglesa. Murió en 1999 a los 91 años.
Southworth siempre fue un antifascista de esos que tuvieron que escapar a los halcones anticomunistas de Joe Macarthy, y su amor por la Segunda República Española fue eterno. Por eso publicó El mito de la cruzada de Franco, donde dejaba con el culo al aire todos los topicazos esgrimidos por el régimen para justificar su rebelión (y que han sido recuperados recientemente por los César Vidal, Píos nada píos Moa y demás ralea). Se publicó en París, en la editorial Ruedo Ibérico, llevada por exiliados españoles y en castellano. Pronto se distribuyó clandestinamente en España, hasta tal punto que Don Manuel Fraga, a la sazón ministro de Información y Turismo, montó un grupo especial para revisar la historiografía sobre la Guerra Civil y ponerla al día, con vistas a hacerla más tragable a la nueva generación de españolitos inmersos en el desarrollismo Cuéntame y menos receptivos a la retórica falangista. Claro que al frente de la maniobra, típica de las cuadraturas del círculo que son propias de la biografía política de Don Manuel, puso al inefable Ricardo de la Cierva, joven cachorro entonces del régimen. El resultado de sus esfuerzos fue vilipendiado por el riguroso Southworth en un legendario artículo de finales de los 60. Es de suponer la cara que pondría al saber que Don Ricardo era nombrado ministro de Cultura en uno de los efímeros gabinetes de Adolfo Suárez en plena Transición democrática.
Hay muchos ejemplos gozosos de manipulación intelectual que pueden extraerse de El mito de la cruzada de Franco, pero voy a narrarles uno muy simpático. Southworth se queja reiteradamente en su libro de que los críticos franquistas citan libros que sólo conocen de referencias, como demuestra el caso del esotérico volumen intitulado Spanica Zwischen Todnu Gabriet. Cualquier persona con un mínimo conocimiento de idiomas sabe que esta frase es un galimatías sin sentido. Y no es que sea un anagrama que oculta un terrible secreto a lo El código Da Vinci. El caso es que en plena Guerra Civil un escritor alemán exiliado del nazismo, Peter Merin, publicó en Suiza un librito llamado Spanien zwischen Tod und Geburt, algo así como “España entre la muerte y el nacimiento”. En él, nos cuenta Southworth, se mezclaban reportajes de guerra del autor con una breve historia de la República. Por supuesto, no conoció versión española, pero su nombre aparece a finales del conflicto en una lista publicada en Barcelona de libros sobre las Brigadas Internacionales, hecha a efectos policiales. Pues bien, en 1940, un falangista de pro, Adolfo Lizón, redactó una historia de estas controvertidas unidades republicanas. En su bibliografía citaba el libro de Merin, pero tal vez apremiado por el plazo de entrega o porque la imprenta no se había recuperado de los cañonazos, el título se transcribió como Spanica Zwischen Todnu Gabriet.
Southworth siempre fue un antifascista de esos que tuvieron que escapar a los halcones anticomunistas de Joe Macarthy, y su amor por la Segunda República Española fue eterno. Por eso publicó El mito de la cruzada de Franco, donde dejaba con el culo al aire todos los topicazos esgrimidos por el régimen para justificar su rebelión (y que han sido recuperados recientemente por los César Vidal, Píos nada píos Moa y demás ralea). Se publicó en París, en la editorial Ruedo Ibérico, llevada por exiliados españoles y en castellano. Pronto se distribuyó clandestinamente en España, hasta tal punto que Don Manuel Fraga, a la sazón ministro de Información y Turismo, montó un grupo especial para revisar la historiografía sobre la Guerra Civil y ponerla al día, con vistas a hacerla más tragable a la nueva generación de españolitos inmersos en el desarrollismo Cuéntame y menos receptivos a la retórica falangista. Claro que al frente de la maniobra, típica de las cuadraturas del círculo que son propias de la biografía política de Don Manuel, puso al inefable Ricardo de la Cierva, joven cachorro entonces del régimen. El resultado de sus esfuerzos fue vilipendiado por el riguroso Southworth en un legendario artículo de finales de los 60. Es de suponer la cara que pondría al saber que Don Ricardo era nombrado ministro de Cultura en uno de los efímeros gabinetes de Adolfo Suárez en plena Transición democrática.
Hay muchos ejemplos gozosos de manipulación intelectual que pueden extraerse de El mito de la cruzada de Franco, pero voy a narrarles uno muy simpático. Southworth se queja reiteradamente en su libro de que los críticos franquistas citan libros que sólo conocen de referencias, como demuestra el caso del esotérico volumen intitulado Spanica Zwischen Todnu Gabriet. Cualquier persona con un mínimo conocimiento de idiomas sabe que esta frase es un galimatías sin sentido. Y no es que sea un anagrama que oculta un terrible secreto a lo El código Da Vinci. El caso es que en plena Guerra Civil un escritor alemán exiliado del nazismo, Peter Merin, publicó en Suiza un librito llamado Spanien zwischen Tod und Geburt, algo así como “España entre la muerte y el nacimiento”. En él, nos cuenta Southworth, se mezclaban reportajes de guerra del autor con una breve historia de la República. Por supuesto, no conoció versión española, pero su nombre aparece a finales del conflicto en una lista publicada en Barcelona de libros sobre las Brigadas Internacionales, hecha a efectos policiales. Pues bien, en 1940, un falangista de pro, Adolfo Lizón, redactó una historia de estas controvertidas unidades republicanas. En su bibliografía citaba el libro de Merin, pero tal vez apremiado por el plazo de entrega o porque la imprenta no se había recuperado de los cañonazos, el título se transcribió como Spanica Zwischen Todnu Gabriet.
No tendría mayor importancia el tema de no ser porque desde entonces así ha sido citado por docenas de personas de gran raigambre intelectual, que copian bibliografías que no han leído y que ni siquiera se han cuestionado el extrañísimo título . Así, catedráticos como García Arias o el prestigioso Carlos Seco Serrano han metido en sus listas de trabajos presuntemente consultados para sus propios escritos el esotérico Spanica. Lo mejor del caso es que el error sigue en los trabajos de la unidad creada por Fraga y dirigida por Ricardo de la Cierva a pesar de su vocación científica. Para Southworth, que ya dijimos estuvo toda su vida muy alejado de los ambientes profesorales y académicos, debía ser divertido ver a estos coleccionistas de cátedras y distinciones citar libros que no habían leído. Para nuestro autor era una muestra de la pobreza intelectual del franquismo.
Claro que la duda surge rápida. ¿Sigue vigente ese método? Tal vez si nos cuestionamos que los jurados de un premio literario tengan tiempo de leerse 400 manuscritos en pocos meses a lo mejor hay que hacer lo propio con estos trabajos escritos en tres años pero cuyas apabullantes bibliografías necesitarían el triple de ese tiempo para consultarse. Por cierto, si a alguien le interesa, El mito de la cruzada de Franco está publicado en edición bolsillo por Plaza & Janés.
miércoles, 22 de octubre de 2008
Teísmo
El diccionario de la RAE lo define como la "creencia en un dios personal y providente, creador y conservador del mundo". Pero la palabra también podría servir para traducir ese "Teaism" con el que el sello Static Caravan ha bautizado su última recopilación discográfica: música inspirada por el arte y la cultura del té. Algo que sin duda gustará a nuestro Duende de los Cafés que, contra lo que manifiesta su nombre, es más bien de infusiones.
Pimmon y Tung son los artistas más conocidos y, al mismo tiempo, paradigma de los estilos representados: la electrónica minimalista y el folk más o menos surrealista entre los cuales se vienen a acomodar el resto de los músicos que aparecen en el disco.
En la web hay posibilidad de escuchar algunos temas y descargarse remezclas, todo ello dentro de la más exquisita legalidad. El tema de Dollboy está colgado en YouTube con imágenes prestadas de Fred Astaire.
Pimmon y Tung son los artistas más conocidos y, al mismo tiempo, paradigma de los estilos representados: la electrónica minimalista y el folk más o menos surrealista entre los cuales se vienen a acomodar el resto de los músicos que aparecen en el disco.
En la web hay posibilidad de escuchar algunos temas y descargarse remezclas, todo ello dentro de la más exquisita legalidad. El tema de Dollboy está colgado en YouTube con imágenes prestadas de Fred Astaire.
lunes, 20 de octubre de 2008
La vie en rose
El pasado fin de semana el Ayuntamiento de Sevilla iluminó de rosa el Archivo de Indias y la Torre del Oro para conmemorar el día internacional contra el cáncer de mama. Al dar la noticia los medios no explicaron si con semejante ritual se pretendía obtener curaciones en masa de mujeres afectadas por tan grave enfermedad, aunque conociendo a nuestros ediles y su escaso apego al pensamiento racional yo no lo consideraría una hipótesis disparatada. Pero no, parece ser que en este caso el objetivo era "divulgar y concienciar a las mujeres que están en situación de riesgo" (cito de Diario de Sevilla). En cuyo caso quienes no pasearan por el centro de la ciudad, o vivieran en barrios periféricos o en pueblos sin ayuntamientos tan emprendedores no habrán recibido la terapéutica información. Parece mentira pero es así: en plena era de la información, con decenas de medios de comunicación de titularidad pública, con ingentes presupuestos para publicidad institucional, el Ayuntamiento de Sevilla tiene que recurrir a las luminarias medievales para dar avisos sanitarios a la población. Que Pasteur nos pille vacunados!
Luego me entero de que estos gestos inútiles y costosos se han repetido en otras poblaciones y con idéntico motivo filantrópico. Y me pregunto otra vez por qué quienes tienen en sus manos el destino del presupuesto público y pueden destinarlo a investigación, atención primaria, detección precoz, cuidados paliativos, asistencia domiciliaria, etc... prefieren gastarlo tontamente en fuegos de artificio. Porque les sale más barato? Porque son incapaces de imaginar un mejor uso? Porque piensan que somos idiotas? Todas las anteriores respuestas?
Luego me entero de que estos gestos inútiles y costosos se han repetido en otras poblaciones y con idéntico motivo filantrópico. Y me pregunto otra vez por qué quienes tienen en sus manos el destino del presupuesto público y pueden destinarlo a investigación, atención primaria, detección precoz, cuidados paliativos, asistencia domiciliaria, etc... prefieren gastarlo tontamente en fuegos de artificio. Porque les sale más barato? Porque son incapaces de imaginar un mejor uso? Porque piensan que somos idiotas? Todas las anteriores respuestas?
lunes, 13 de octubre de 2008
Teoría de la inteligencia colectiva
-Contrariamente a lo que se piensa, la inteligencia no es una cualidad individual, sino un fenómeno colectivo, nacional e intermitente. Atenas, 416 a. C. Eurípides estrena ‘Electra’. En las gradas, sus dos enemigos, Sófocles y Aristófanes. Y sus dos amigos, Sócrates y Platón. La inteligencia estaba allí.
-Tengo algo mejor. Florencia, 1504. Palacio Vecchio. Dos paredes, dos pintores, A la derecha, Leonardo Da Vinci. A la izquierda, Miguel Ángel. Un aprendiz, Rafael. Un agente, Nicolás Maquiavelo.
-Filadelfia, Estados Unidos. 1776-1787. Declaración de Independencia y Constitución de los Estados Unidos. Adams, Franklin, Jefferson, Washington, Hamilton y Madison. Ningún otro país ha tenido tanta suerte
(De la película 'Las invasiones bárbaras')
-Tengo algo mejor. Florencia, 1504. Palacio Vecchio. Dos paredes, dos pintores, A la derecha, Leonardo Da Vinci. A la izquierda, Miguel Ángel. Un aprendiz, Rafael. Un agente, Nicolás Maquiavelo.
-Filadelfia, Estados Unidos. 1776-1787. Declaración de Independencia y Constitución de los Estados Unidos. Adams, Franklin, Jefferson, Washington, Hamilton y Madison. Ningún otro país ha tenido tanta suerte
(De la película 'Las invasiones bárbaras')
miércoles, 8 de octubre de 2008
Delia y el Taller Radiofónico
Hablábamos el otro día de Doctor Who, y se nos quedó en el tintero mencionar, como una de sus señas de identidad durante todos estos años, la famosa sintonía.
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Aunque la melodía, con su línea de bajo tantas veces sampleada, fue compuesta por Ron Grainer, un músico especializado en sintonias televisivas, lo característico del tema de Doctor Who son los arreglos electrónicos, que le dan ese aire entre espectral y ultraterrenal y que resultaban absolutamente novedosos en aquellos momentos (1963) . Pues bien, la autora de los arreglos era Delia Derbyshire, una joven técnica de sonido que por entonces formaba parte del BBC Radiophonic Workshop, la unidad creada por la radio pública británica para suministrar efectos especiales a sus programas y que con el tiempo se convirtió en uno de los más importantes laboratorios de experimentación sonora fuera del ámbito academico.
En la BBC no tenían por aquel entonces sintetizadores. Los sonidos electrónicos se obtenían puros de fuentes como generadores y osciladores, y sus características se manipulaban y distorsionaban con la tecnología disponible, para luego grabarlos en cintas magnéticas que, eran de nuevo editadas manualmente hasta conseguir el efecto deseado. Un trabajo de hormigas difícil de imaginar al escuchar los espectaculares resultados obtenidos.
Sólo por su labor en el BBC Radiophonic Workshop Derbyshire merecería haber entrado con todos los honores en la historia de la música electrónica. Pero su carrera se extiende más allá. Con su compañero en la BBC Brian Hodgson y Peter Zinovieff (quien años más tarde fundaría la famosa fábrica de sintetizadores EMS) formó Unit Delta Plus, un laboratorio dedicado a crear música electrónica para cine, publicidad y performances. También con Hodgson y con el músico David Vorhaus creó White Noise, una de las primeras bandas puramente electrónicas en salir al mercado del pop.
Su primer album, An Electric Storm (1968), que se ha reeditado recientemente por lo que no debe ser difícil de encontrar, sigue manteniendo el impacto de las obras que se adelantan a su tiempo. No esperen el típico disco de melodías bobas en versiones para moog. Es una obra complejísima cuyos planteamientos musicales sólo son comparables a los que desarrollaron a finales de los 70 los grupos del Rock in Opposition. O sea, rara, rara. El tipo de cosas que nos gusta en El Conciso.
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Aunque la melodía, con su línea de bajo tantas veces sampleada, fue compuesta por Ron Grainer, un músico especializado en sintonias televisivas, lo característico del tema de Doctor Who son los arreglos electrónicos, que le dan ese aire entre espectral y ultraterrenal y que resultaban absolutamente novedosos en aquellos momentos (1963) . Pues bien, la autora de los arreglos era Delia Derbyshire, una joven técnica de sonido que por entonces formaba parte del BBC Radiophonic Workshop, la unidad creada por la radio pública británica para suministrar efectos especiales a sus programas y que con el tiempo se convirtió en uno de los más importantes laboratorios de experimentación sonora fuera del ámbito academico.
En la BBC no tenían por aquel entonces sintetizadores. Los sonidos electrónicos se obtenían puros de fuentes como generadores y osciladores, y sus características se manipulaban y distorsionaban con la tecnología disponible, para luego grabarlos en cintas magnéticas que, eran de nuevo editadas manualmente hasta conseguir el efecto deseado. Un trabajo de hormigas difícil de imaginar al escuchar los espectaculares resultados obtenidos.
Sólo por su labor en el BBC Radiophonic Workshop Derbyshire merecería haber entrado con todos los honores en la historia de la música electrónica. Pero su carrera se extiende más allá. Con su compañero en la BBC Brian Hodgson y Peter Zinovieff (quien años más tarde fundaría la famosa fábrica de sintetizadores EMS) formó Unit Delta Plus, un laboratorio dedicado a crear música electrónica para cine, publicidad y performances. También con Hodgson y con el músico David Vorhaus creó White Noise, una de las primeras bandas puramente electrónicas en salir al mercado del pop.
Su primer album, An Electric Storm (1968), que se ha reeditado recientemente por lo que no debe ser difícil de encontrar, sigue manteniendo el impacto de las obras que se adelantan a su tiempo. No esperen el típico disco de melodías bobas en versiones para moog. Es una obra complejísima cuyos planteamientos musicales sólo son comparables a los que desarrollaron a finales de los 70 los grupos del Rock in Opposition. O sea, rara, rara. El tipo de cosas que nos gusta en El Conciso.
jueves, 2 de octubre de 2008
Vuelve el Doctor
Pues sí, por la puerta de atrás y sin avisar, el Doctor Who vuelve a la parrilla televisiva de Canal Sur 2. De casualidad me lo encontré la pasada noche del martes y les informo del hallazgo por si fueran fans.
Como todo el mundo debería saber, Doctor Who es la serie de ciencia ficción británica de culto por antonomasia, comparable en número de fans y fidelidad tan sólo a Star Trek. Su primer episodio data de 1963 y se estuvo emitiendo casi sin interrupciones hasta finales de los ochenta. Décadas más tarde, en 2005, la BBC recuperó de nuevo al personaje con nuevos actores y mejores efectos especiales de los que solian usar (algo con lo que no todos los fans estamos de acuerdo). Es precisamente esta temporada del 2005, con Christopher Eccleston como el Doctor y la espectacular Billie Piper como su acompañante, la que ahora emite la cadena autonómica.
Porque los aficionados de la serie no marcan su evolución por temporadas, sino por el actor que interpreta al Doctor, y va una decena ya desde su inicio. Lo cual se explica porque el Doctor es un Señor del Tiempo y puede regenerarse a sí mismo, adoptando una forma diferente cada vez. De hecho los más viejos del lugar recordarán que en los comienzos de Canal Sur 2 se emitieron los episodios setenteros correspondientes al cuarto Doctor, interpretado por Tom Baker (en la foto), una de sus más populares encarnaciones.
La temática de todos modos sigue siendo la misma: el Doctor viaja en una cabina de teléfonos de la policía londinense de los años 50, acompañado siempre de una bella joven, por el tiempo y el espacio. Teniendo en cuenta la extensión de ambas dimensiones físicas no es de extrañar que la serie haya dado para tanto...
Como todo el mundo debería saber, Doctor Who es la serie de ciencia ficción británica de culto por antonomasia, comparable en número de fans y fidelidad tan sólo a Star Trek. Su primer episodio data de 1963 y se estuvo emitiendo casi sin interrupciones hasta finales de los ochenta. Décadas más tarde, en 2005, la BBC recuperó de nuevo al personaje con nuevos actores y mejores efectos especiales de los que solian usar (algo con lo que no todos los fans estamos de acuerdo). Es precisamente esta temporada del 2005, con Christopher Eccleston como el Doctor y la espectacular Billie Piper como su acompañante, la que ahora emite la cadena autonómica.
Porque los aficionados de la serie no marcan su evolución por temporadas, sino por el actor que interpreta al Doctor, y va una decena ya desde su inicio. Lo cual se explica porque el Doctor es un Señor del Tiempo y puede regenerarse a sí mismo, adoptando una forma diferente cada vez. De hecho los más viejos del lugar recordarán que en los comienzos de Canal Sur 2 se emitieron los episodios setenteros correspondientes al cuarto Doctor, interpretado por Tom Baker (en la foto), una de sus más populares encarnaciones.
La temática de todos modos sigue siendo la misma: el Doctor viaja en una cabina de teléfonos de la policía londinense de los años 50, acompañado siempre de una bella joven, por el tiempo y el espacio. Teniendo en cuenta la extensión de ambas dimensiones físicas no es de extrañar que la serie haya dado para tanto...
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