Arthur Russell murió de sida en 1992. Tenía 40 años. Era compositor y un consumado violonchelista, aunque el relativo reconocimiento popular que tuvo en vida le llegó de la mano de la música disco. Su carrera se desarrolló casi por completo en el efervescente Nueva York de los años 80; entre los músicos con los que intercambió influencias se citan Philip Glass, David Byrne o Rhys Chatham. Nunca se aferró a ningún estilo y se movia igualmente bien por los terrenos de la música académica como por los de los ritmos bailables. Dotado de una voz peculiar, que muchos ahora comparan con la de Antony Hegarty, sus canciones, incluso las más furiosamente discotequeras y pese a los arreglos propios de la época, siguen teniendo un encanto peculiar que las hace únicas.
Ahí les dejo con dos ejemplos. Uno más intimista, el otro más rítmico.
boomp3.com
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En el pasado festival de Berlín se estrenó un documental sobre su vida y obra titulado Wild Combination. Lo comento por si hubiera algún programador de festivales de cine leyendo este blog.
jueves, 3 de julio de 2008
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