miércoles, 6 de mayo de 2009

Adriá

La televisión pública española dedica toda esta semana a emitir programas sobre Ferrán Adriá, considerado por quienes se dedican a estas consideraciones como el "mejor cocinero del mundo". Al menos así justifica la web de RTVE este inusual despliegue de documentales hagiográficos y debates redundantes sobre el dueño del restaurante El Bulli.

Normalmente empezaría este comentario dejando claro que no es mi intención discutir los méritos del cocinero Adriá, que seguramente los tendrá. Lo que ocurre en este caso es que, aunque quisiera, no podría discutirlos, ya que jamás he ido a su restaurante ni probado ninguna de sus creaciones. He leido, como todo el mundo, descripciones de sus imaginativas recetas y también he visto fotografías de sus platos. Que me han dejado la curiosidad de probarlos y la impresión de que el apetito de una persona de buen comer como yo costaría saciarlo a base de esas tapas de fantasía. Pero bueno, son cosas mías. Lo que me preocupa es: cuántos españoles han tenido o tendrán la oportunidad de comer alguna vez en el Bulli? Unos pocos de miles tirando por lo alto.

Si hablamos de arte, la mayoría podemos acceder a un precio razonable a la obra de cineastas, músicos, escritores, coreógrafos, pintores, etc. Y podemos dar nuestra opinión sobre ellas. Incluso si la obra original es inaccesible, siempre encontraremos buenas imágenes que nos pueden dar una idea aproximada de lo que hablamos. Personalmente no pienso que la cocina se encuentre entre las bellas artes, pero puedo aceptar que haya quien así lo crea. Por ejemplo, los programadores de TVE. En cuyo caso deben explicar cómo van a cumplir el deber de los medios públicos de acercar el arte a la ciudadanía. O es que nos van a dar a probar a cada uno una tapa de Adriá?

Cuál es el sentido entonces de este bombardeo mediático sobre Adriá y El Bulli? Quieren educar a los televidentes para que preparen en sus casas una remolacha en texturas para el almuerzo en lugar del consabido potaje? O es tan sólo una costosísima campaña publicitaria a un negocio particular financiada con dinero público? Porque si es para levantar la moral del contribuyente en estos tiempos de crisis mostrándole cómo comen sus señores en el sancta sanctorum de la gastronomía internacional mientras ellos hacen la compra en el Covirán me callo la boca.

1 comentario:

mero dijo...

Fíjese vd. que por esas fechas yo me hacía la misma pregunta, ¿a qué venía tanto Adría?

Y que conste que me gustó el documental, y que me encantaría comer en el Bulli, cosa que nunca podré hacer. Pero su omnipresencia llamaba la atención.